Historia

Prehistoria

Las primeras noticias sobre la historia de la Cuadrilla de Gorbeialdea se conocen gracias a diversos restos arqueológicos repartidos por la comarca, y que ponen de manifiesto la antigüedad de la ocupación humana en este ámbito territorial.

Éstos, según las diferentes épocas, nos trasladan a escenarios y culturas distintas ligadas al mundo pastoril, pequeñas fortificaciones, influencias externas, creencias religiosas y ritos funerarios, etc.:

  • Prehistoria (Paleolítico, Neolítico/Bronce): restos de instrumental lítico, restos de animales, túmulos y dólmenes en: Gibijo (Urkabustaiz), Arraldai (Zuia), Arrillor y Kurtzebide (Zigoitia), Urrúnaga (Legutio), Anbotoste (Aramaio), etc.
  • Periodo prerromano (Bronce/Hierro): ajuar cerámico y adornos en Peñas de Oro (Zuia), y pinturas rupestres en Lazaldai (Zuia).

Dominación Romana

Durante la dominación romana, en el ámbito de la Cuadrilla de Gorbeialdea habitaba la tribu de los Caristios; tribu de étnia vasca que vivía de la actividad pastoril.

Según las personas investigadoras, las relaciones con el mundo romano fueron relativamente pacíficas, intercambiándose costumbres y cultura, lo que parece manifestarse en una incipiente agricultura, influencia en la lengua autóctona (euskara), en las construcciones, etc. Hay varios topónimos como Luquiano, Abornikano, Apregindana, Berrikano, etc., que parecen ser de raíz latina en referencia a pequeñas villas rurales.

Tras la invasión romana, la influencia de pueblos procedentes de otras regiones europeas (siglos VI-VII: incursiones francas) parece limitarse a la zona de la Llanada Alavesa, concretamente en Aldaieta (Arratzua-Ubarrundia), donde existe una magnifica necrópolis con restos arqueológicos de gran interés.

Edad Media

Dominación Árabe

A partir de ese momento se empieza a encauzar la dominación árabe en la península, y la cristianización tardía del norte peninsular. Mientras que la península estaba sometida por el dominio musulmán, los territorios del norte peninsular eran escenario de continuos enfrentamientos entre los pueblos autóctonos y los ejércitos árabes. En estas circunstancias, el califato de Córdoba, periódicamente, enviaba expediciones militares a los territorios del norte con el fin de imponer y afianzar su poder.

Los cronistas árabes, nos han dejado numerosas noticias sobre estas expediciones (aceifas) entre las que destaca la batalla que tiene lugar en la Llanada (año 823) llegando hasta "la montaña de los adoradores del fuego", que las personas autoras han identificado como los montes de Aitzgorri hasta Gorbeia.

A partir de este periodo el territorio alavés se puebla de torres y casas fuertes que tenían un doble objetivo: sistema defensivo ante los ataques de los árabes y control de las rutas de comercio. Así, las mismas fuentes árabes cuando se referían al territorio alavés hablaban de "Alaba y Al-Quile" (Alava y los Castillos).

Nobleza

Pasado ya el peligro musulmán, se fueron afianzando determinados poderes locales que darán origen a linajes de gran tradición y arraigo en el territorio alavés. Así durante este periodo, en el territorio que hoy ocupa la provincia de Alava, mandaban los "señores", que acaparaban el poder político y tenían pequeños señoríos, con tierras y campesinos bajo su potestad.

Ejercían su poder, especialmente, sobre las rutas y caminos comerciales que pasaban por su señorío, ya que proporcionaba importantes beneficios. Por ello, en los lugares estratégicos, para salvaguardar esas rutas y sus tierras, construyeron torres y casas fuertes como garantes del poder de su linaje.

En el territorio de la Cuadrilla ya se vislumbraban en el altomedievo dos rutas comerciales: de Vitoria-Gasteiz hacia el Alto Deba (Gipuzkoa) por Legutio y Aramaio; y desde esta ciudad hacia los puertos vizcaínos por Zigoitia, Zuia y Urkabustaiz. En este contexto había, principalmente, dos linajes, enfrentados, que ejercían su influencia en estas tierras: los Mendoza y los Guevaras. Ambos contaban con el apoyo de pequeños linajes locales. Así hay dispersas por la comarca casas-torres, reconvertidas en caseríos, de gran valor histórico y arquitectónico: Zárate, Marquina, Manurga, Olano...

Los Abendaños en Legutio y los Múgicas en Aramaio se incorporan en el bajo medievo (a partir del siglo XIV) a la familia de linajes alaveses, mientras que en Urkabustaiz dominaba, desde el siglo XII, el tercer gran linaje alavés: los Ayala.

Gamboinos y Oñacinos

La comarca fue zona fronteriza entre los reinos de Castilla y Navarra durante la Edad Media, y por tanto, escenario de luchas por la hegemonía de uno y otro reino. Así, la nobleza alavesa estaba dividida entre la tendencia castellana, representada por los Mendoza (oñacinos), y la tendencia navarra, encarnada por los Guevara (gamboinos).

Los linajes locales tomaron partido en estos enfrentamientos, que se mantuvieron prácticamente hasta el siglo XVI.

Según las personas historiadoras, estas contiendas banderizas que enfrentaron a los bandos oñacino y gamboino, tuvieron su origen en el territorio de la Cuadrilla de Gorbeialdea (Ullibarri-Gamboa y Murua), pero pronto se extendieron a los diferentes linajes de todo el País Vasco. De esta manera, el territorio de la Cuadrilla de Gorbeialdea fue escenario de los enfrentamientos más cruentos entre ambos bandos, destacando la Batalla en la Sierra de Arrato y los enfrentamientos entre los Butrón y los Abendaño en tierras de Aramaio y Legutio, narrados estos últimos en el famoso "Canto de Aramaiona".

Estos bandos enfrentados fueron perdiendo fuerza a partir del siglo XIV con la fundación de villas realengas y el consecuente afianzamiento del poder monárquico y de las Hermandades alavesas.

Fundación de las ciudades

Los reyes y reinas de Castilla y Navarra, con el fin de afianzar las fronteras, el realengo y las rentas reales acometen la fundación de villas por todo el territorio de Araba. Villas sujetas a fueros propios, frente al poder absoluto de los señores. En la Cuadrilla de Gorbeialdea se fundan, a principios del XIV, las villas de Legutio y Monreal de Zuia (Murgia).

Igualmente, ante la presión señorial, se organizaron las diferentes hermandades alavesas, constituyéndose en 1463 la Hermandad Provincial de Araba (origen de las Juntas Provinciales). Todos los municipios de la Cuadrilla, a excepción de Aramaio que se incorporó en 1489, formaron parte de la Hermandad General. Cada municipio continuó sujeto tanto a señoríos particulares como al realengo.

En 1537 queda definitivamente consolidado el sistema administrativo alavés y la división territorial en seis cuadrillas, siendo éstos, órganos de gestión a efectos fiscales y de elección de oficios en la Hermandad. Entre ellas se encuentra la Cuadrilla de Gorbeialdea, que desde entonces ha conocido diferentes modificaciones territoriales, hasta llegar a la configuración actual que nos ocupa.

Siglo XVI

Revuelta comunera

A principios del XVI, la comarca conoce nuevos enfrentamientos derivados de las luchas señoriales, en este caso, con el poder real. Es la revuelta comunera, en la que la Cuadrilla acogió una de las principales contiendas: en Durana, en 1521, se enfrentan el bando comunero, dirigido por el señor de Ayala y conde de Salvatierra, y el "poder real" defendido por el Diputado General Diego Martínez de Alava, venciendo este último y afianzando el poder de la Diputación frente al señorial.

El Camino de Santiago

Durante el Altomedievo, el proceso de cristianización se va consolidando en todo el territorio de la Cuadrilla de Gorbeialdea.

Así lo atestigua la documentación de la época, en la que se nombran pequeñas iglesias y monasterios en Abezia, Etxaguen, Goiain, Urbina, etc. Del siglo XI data la famosa "Reja de San Millán", documento que recoge las poblaciones que pagaban tributo a este monasterio, en el que aparecen muchas poblaciones de la comarca.

A partir del siglo XI asistimos al auge de la tradición cristiana que tiene en la peregrinación hacia Santiago uno de sus principales eventos.

La comarca no es ajena a este fenómeno, y por su territorio atraviesa una vía secundaria de peregrinación; procedente del Alto Deba, pasa por Aramaio y Legutio para unirse a la ruta principal de la Llanada. La consolidación del cristianismo en esta zona es manifiesta en el importante patrimonio arquitectónico y artístico en general que ofrecen la multitud de pequeñas iglesias que desde el románico proliferan en este territorio.

Por otro lado, a partir del siglo XVI, la atracción de las tierras de ultramar (sobre todo de América) fue notable en la Cuadrilla de Gorbeialdea, de donde partieron numerosas personalidades que desempeñaron papeles de importancia en los campos de la administración y de la religión especialmente.

Igualmente, a partir del altomedievo, se empieza a documentar en este territorio la presencia de molinos y ferrerías hidráulicas. Esto indica la importancia incipiente que, en esta zona rica en recursos naturales, tuvieron nuevas actividades económicas surgidas a la sombra de las rutas comerciales que atravesaban la comarca.

Siglo XIX

La guerra de la Independencia

A partir del siglo XIX, coincidiendo con la invasión napoleónica en la península y el triunfo del sistema liberal, el territorio de la Cuadrilla de Gorbeialdea, sufrió las consecuencias de sucesivos episodios bélicos.

En la guerra de Independencia, la comarca tuvo su protagonismo estratégico como lugar de defensa y cierre a las tropas francesas en su camino hacia Francia. En este contexto, estas tierras sirvieron de asentamiento tanto para el ejército francés primero, como para las guerrillas y tropas aliadas después. Esto supuso una gran carga para la población local que tuvo que asumir la manutención de los soldados, con lo que las arcas de los concejos y ayuntamientos se vieron seriamente dañadas (enajenación de bienes comunales, cosechas, etc.).

Sin duda, uno de los episodios bélicos más relevantes en la Guerra de Independencia fue la Batalla de Vitoria (21 de junio de 1813). En plena retirada del ejército francés, éste fue abordado por el ejército aliado comandado por el Duque de Wellington. La división Girón, con más de 12.000 hombres atravesó toda la comarca, desde Orduña y Ayala, por Urkabustaiz, Zuia y Zigoitia, uniéndose a la división Longa, y juntando un ejército de más de 20.000 soldados a las puertas de Vitoria. Desde aquí una columna tomó el pueblo de Durana para cerrar el paso de los franceses hacia Gipuzkoa por el puerto de Arlabán.

Las guerras carlistas

Los habitantes de esta comarca, cuando apenas se recuperaban de los efectos de la guerra de independencia, ven cómo surge un nuevo conflicto bélico de mayores consecuencias: las guerras carlistas.

Tanto en la primera (1833-1839) como en la segunda (1872-1876), la comarca fue escenario de numerosos enfrentamientos entre carlistas y liberales. La población local, como en gran parte del ámbito rural, estaba de parte del bando carlista. En estas tierras se produjeron los episodios bélicos de mayor relevancia (Altube, Untza, Legutio, Arrazua, Aiurdin, etc.).

Durante la segunda guerra carlista, en el valle de Aramaio estuvo prisionero el famoso guerrillero carlista conocido como "el Cura de Santa Cruz". Durante el siglo XIX están a pleno rendimiento nuevas ferrerías y molinos harineros (Abornikano, La Encontrada...), a la vez que se configuran los caminos reales, que atraviesan la comarca haciendo honor a su condición de lugar de tránsito de primer orden. Así surgen numerosas ventas para atender a las personas arrieras, personas comerciantes, etc.

En la segunda mitad del XIX, algunos estudiosos de la lengua vasca y de las tradiciones y características etnográficas del País Vasco, elaboran estudios varios sobre la situación del Euskara en dicho periodo. La Cuadrilla de Gorbeialdea constituye, prácticamente en su totalidad, el último reducto de la lengua vasca en territorio alavés. Situación ésta que se agudiza hasta nuestros días, siendo en la actualidad Aramaio y Legutio los dos únicos municipios alaveses que han conservado vivo el euskara hasta el presente.

Siglo XX

La Segunda República y la Guerra Civil

Durante la Segunda República, gran parte de los municipios de la Cuadrilla, son afines a las ideas nacionalistas (especialmente Aramaio, Legutio y Zuia) y en el plebiscito del 33 se posicionan a favor del Estatuto Vasco.

En el resto de los plebiscitos celebrados entre 1931 y 1936, las tendencias políticas en este territorio se discernían entre el apoyo al nacionalismo vasco o a la Comunión Tradicionalista encabezada por Oriol, residente en ese momento en la finca Agirza de Beluntza (Urkabustaiz).

En la Guerra Civil fue escenario de fuertes enfrentamientos entre el ejército sublevado (franquista) y el republicano, encabezado por los nacionalistas.

El frente de guerra se extendía desde las montañas de Urkabustaiz, pasando por las faldas de Gorbeia, hasta Legutio. Mientras, lugares como Murguía e Izarra estaban bajo el mando sublevado, en Aramaio, Legutio y Zigoitia los enfrentamientos eran fuertes por dominar estos núcleos.

Posguerra y actualidad

A partir de los años 50 y, especialmente, tras el Plan de Estabilización (1959) y el consecuente crecimiento económico, toda la comarca sufre la absorción de los centros urbanos y el éxodo rural.

Tan sólo las cabeceras de municipio (Izarra, Legutio, Murguía) crecen impulsados por la instalación de pequeñas industrias. De esta manera, el perfil socioeconómico de la comarca va transformándose, con el progresivo abandono de las explotaciones agroganaderas en beneficio de otros sectores económicos como la industria o los servicios.

Actualmente, la comarca, conoce un proceso inverso (éxodo urbano), y crece a la sombra del desarrollo de los servicios ligados al turismo, a las nuevas demandas de suelo urbano e industrial, actividades recreativas, contacto con la naturaleza, etc. Mientras, el sector primario está cada vez más profesionalizado y especializado, ligado a un sector agroalimentario de gran relevancia y atractivo (queso de idiazabal, carne de vacuno, derivados varios, miel, etc.).

Además en numerosos núcleos se han impulsado pequeños polígonos industriales (industrialdeak) que han favorecido el impulso económico de la comarca, con pequeñas y medianas empresas de bajo impacto ambiental y respetuosas, por tanto, con el extraordinario medio natural que las acoge.

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